Meditación 28 de Abril…Ira contra miembros de la familia



 Muchos de nosotros sentimos ira contra ciertos miembros de nuestra

familia. Algunos de nosotros tenemos una gran ira e indignación, una ira que parece continuar año con año.
Para muchos de nosotros, la ira fue la única manera de romper con un vínculo enfermizo entre un miembro de la familia y nosotros. Fue la fuerza que nos impidió seguir siendo cautivos –mental, emocional y a veces espiritualmente- de algunos miembros de la familia.
Es importante que nos permitamos sentir –y aceptar- nuestra ira
hacia algunos familiares sin sentirnos culpables o avergonzados.
También es importante que examinemos nuestros sentimientos de culpa en relación con algunos miembros de la familia, ya que con
frecuencia la ira y la culpa están entretejidas.
Podemos aceptar, agradecer incluso, nuestra ira por habernos
protegido. Pero también podemos fijarnos otra meta: asumir nuestra libertad.
Una vez que lo hagamos, ya no necesitamos nuestra ira. Una vez que lo hagamos, podremos perdonar.
Tengamos pensamientos amorosos, tengamos pensamientos curativos hacia los miembros de la familia. Pero permitámonos sentir toda la ira que es necesario sentir.
En algún momento esforcémonos por acabar con la ira, pero
necesitaremos ser gentiles con nosotros mismos si empiezan a aflorar los sentimientos de vez en cuando.
Dale gracias a Dios por los sentimientos. Siéntelos. Libéralos.
Pídele a Dios que bendiga a nuestras familias y cuide de ellas.
Pídele a Dios que nos ayude a asumir nuestra libertad y a cuidar de nosotros mismos.
Dejemos que la dorada luz de la curación brille sobre todos los que
amamos y sobre aquellos hacia quienes sentimos ira. Dejemos que la dorada luz de la curación brille sobre nosotros.
Confiemos en que está teniendo lugar la curación, ahora mismo.
Ayúdame a aceptar las potentes emociones que pueda sentir hacia
miembros de mi familia. Ayúdame a sentir gratitud por la lección que ellos me están enseñando. Acepto la luz dorada de la curación que está brillando ahora sobre mi y sobre mi familia. Le doy gracias a Dios porque la curación no siempre viene en un paquete limpio y bonito.

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

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