Libro Cada día Un Nuevo Comienzo :17 de Septiembre Meditaciones diarias para Mujeres/Hombres

 


17 de septiembre. La meditación para las Mujeres que aman demasiado.

Si deseamos cambiar nuestras vidas, es más importante que cambiemos nuestras actitudes que nuestras circunstancias. A menos que cambiemos nuestras actitudes, es poco probable que nuestras circunstancias realmente vayan a cambiar.
Robin Norwood.
El deseo y el anhelo son los acicates de Dios.

Anna Wickham

Nuestros sueños y nuestros deseos nos inspiran a ir más allá de donde nos encontramos actualmente. Aquello que podemos alcanzar llamará la atención, y seguramente tendremos un compañero a nuestro lado, quien nos ayudará a decidir los pasos que debemos dar para alcanzar nuestro objetivo.

Antes de conocer los Doce Pasos experimentábamos deseos y establecimos muchas metas. Algunas de ellas las alcanzamos pero con frecuencia nos faltó confianza y nuestro compromiso se tambaleó. El programa nos está ayudando a darnos cuenta de que podemos hacer realidad nuestros más profundos deseos si incorporamos la estructura del programa en nuestros planes diarios.

Nuestras vidas tienen un propósito. Cada una de nosotras desempeña una función que es necesaria. Los anhelos que nos impulsan y que no son dañinos Para nosotras ni para los demás nos alientan a desarrollar todo nuestro potencial.

Si nos dejamos guiar por nuestro poder superior y confiamos en sus instrucciones, siempre tendremos fuerza y valor, capacidad y abundancia de recursos. Toda la sabiduría necesaria para lograr el éxito en cualquier tarea, para alcanzar cualquier meta y para trazar el camino hacia cualquier deseo, está tan cerca de nosotras como nuestra atención lo está de Dios.

Hoy prestaré atención a mis deseos. Oraré, meditaré para recibir la sabiduría necesaria para satisfacerlos. Si mi deseo es espiritualmente correcto todas las puertas se abrirán y mis pasos serán guiados.
Karen Casey

Comentarios

Entradas populares de este blog

ACEPTOLOGIA (Gerardo Schmedling) - Capítulo 1. El poder de la paz interior