MEDITACIONES PARA MUJERES QUE HACEN DEMASIADO-16 de ABRIL

 


LÁGRIMAS

Se me ha dicho que llorar me hace suave y, por lo tanto, insignificante. Es como si nuestra suavidad fuera el precio que hay que pagar por el poder, en
lugar de ser el precio que se paga sencillamente con más facilidad y frecuencia.
AUDRE LORDE
Nuestras lágrimas y nuestra suavidad no se valoran demasiado en esta sociedad, especialmente en el lugar de trabajo. En el pasado, las mujeres fueron inducidas a creer que podían ganar poder indirecto y manipulador a través de las lágrimas y su amable disposición para cuidar de los demás.
Muchas mujeres de hoy día nos hemos negado a utilizar nuestras lágrimas y nuestra amabilidad para conseguir lo que queremos. Desgraciadamente, este rechazo de nuestra parte más amable ha tenido como consecuencia que resultemos más rudas y agresivas, y que hayamos perdido nuestra totalidad.
Nosotras no somos sólo suaves ni sólo rudas. Simplemente somos.
Compartir mis lágrimas y mi suavidad es un acto de amor. Compartir mi fuerza y mi seguridad es también un acto de amor. Cuando me comparto a mí
misma, estoy amando
.

(Anne Wilson Schaef de su Libro Meditaciones para mujeres que hacen demasiado).

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