Libro un año de Milagros- Meditación Dia 268
La muerte no es sino un velo, pero no es el final.
Mientras el cuerpo muere, el espíritu no. Que hoy no olvide que no he perdido a quienes se han ido con la muerte. Más bien, viven en un lugar más apacible fuera del tiempo y del espacio. No están perdidos para mí ni yo para ellos. Que una cuerda dorada ate mi corazón a los que amo y ya atravesaron el velo. Que mi ojo interno se abra para ver la realidad de la luz eterna. Que la muerte no me tiente al olvido de que todo y todos los que Dios crea permanecen para siempre. Querido Dios, pongo en tus manos mi tristeza y mi dolor por la muerte de alguien. Que mi mente sea sanada de las ilusiones del mundo, para que realmente pueda ver que la vida es para siempre. Que mi corazón se abra a una verdad mayor: la de la vida sin fin. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario