Libro un año de Milagros- Meditación Dia 266



Mi cuerpo es el templo del espíritu de Dios. 

Mi cuerpo es un vehículo de aprendizaje, pero no es mi casa eterna. Me entrego a Dios para que me use para sus propósitos. Que mi cuerpo sea un ejemplo brillante de cómo, al reflejar lo sagrado, las cosas del mundo se llenan del resplandor del espíritu. Que mis manos y pies, así como todo lo que diga y haga, glorifiquen los mayores propósitos de Dios. Que su guía en mi mente determine los actos de mi cuerpo. Que mi cuerpo sea un templo de las emanaciones de mi alma. Querido Dios, te entrego mi cuerpo. Úsalo para tus propósitos y libéralo de las garras del miedo. Que el amor determine tanto su función como su actividad. Que viva en mi cuerpo en salud y en gozo. Amén.

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