MEDITACIONES PARA MUJERES QUE HACEN DEMASIADO-10 de ABRIL
DEBER
Ala, el deber es una sombra helada.
AUGUSTA EVANS
Muchos son los crímenes que se han cometido en nombre del deber. Los ministros descuidan a sus hijos en nombre del deber. La gente se mata entre sí en nombre del deber. Nos abandonamos a nosotras mismas y abandonamos nuestros sueños en nombre del deber.
Alimentamos nuestra adicción trabajando en exceso y después justificando nuestro comportamiento como deber familiar. Machacamos nuestros cuerpos en nombre del deber. El deber se convierte en una excusa para gran parte de nuestra vida de adicción.
Las adictas nos serviremos de cualquier cosa como dosis. Tomaremos la idea más noble y la convertiremos en una pesadilla para perpetuar nuestras adicciones.
Somos tramposas, y la enfermedad es tramposa.
Cuando utilizamos el deber para machacarnos y machacar a los demás, es claro que éste se ha convertido en una «sombra helada».
Yo no quiero ser amada por obligación. ¿Tú sí?
(Anne Wilson Schaef de su Libro Meditaciones para mujeres que hacen demasiado).
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