Libro un año de Milagros- Meditación Dia 238
Estoy en contacto con mi enojo y lo dejo ir.
Quiero estar en contacto con mi enojo pero también quiero dejarlo ir. Lo que no quiero es proyectarlo sobre alguien más, en la falsa creencia de que entonces me sentiré mejor. Ese comportamiento sólo ofrece un alivio temporal, porque entonces el sufrimiento se vuelve más persistente. Si siento enojo, debo reconocerlo. Pero no necesito ni debo expresarlo de maneras disfuncionales. Si siento enojo, acepto que está ahí y se lo dejo a Dios para su transformación. Mi espíritu realiza la alquimia de mis emociones, para estar por encima de ellas. Pido que mi enojo se transmute en amor, para que se me muestre otra manera de manejar mi desesperación. Que mi enojo sea reemplazado por una mejor perspectiva. Hoy doy un paso por la capacidad para ir más allá de mi emoción, conforme pongo mi tentación de ceder a pensamientos de ataque en manos de Dios.
Comentarios
Publicar un comentario