APRENDER A AMAR -Gerardo Schmedling :Cap.-1 ¿Qué significa amar?



 Para aprender a amar es fundamental saber de qué estamos hablando, aclarar qué significa esto realmente, y así partir de una base común. Al hablar de amor pensamos que nos referimos todos a lo mismo, pero es fácil darse cuenta de que cada cual entiende algo distinto. Por tanto, lo mejor es ponerse de acuerdo en su significado, para no confundir el amor con el cariño, el afecto, el “querer” o la atracción física.

A lo largo de las siguientes páginas describiremos las características del amor, y reconoceremos también aquello que no es amor.
El amor no surge de forma espontánea, sino que es una virtud interna que hemos de trabajar y desarrollar. Una vez que la persona se llena de felicidad y paz se encuentra en disposición de hacer el ejercicio de amar a los demás como a sí misma; porque si uno mismo no se ama, ¿qué puede entonces ofrecer a los
demás?

A amar se aprende amándose a uno mismo.

El amor supone la libertad total para expresar paz y armonía hacia todo cuanto nos rodea. Si no es eso lo que sucede, será fácil reconocer que aunque esa persona exprese otras características humanas normales, aún no ha alcanzado el amor.
El amor también puede definirse como la capacidad de tener excelentes relaciones que beneficien a todas las partes; supone cero resistencia a los demás, porque el amor no puede enfrentarse a nada. Si se hace es porque se está ofreciendo resistencia a algo que no se comprende, y el amor es la comprensión absoluta.

El amor es universal.

Universal e incondicional, podríamos añadir. Es posible compararlo con el sol: cuando el sol sale, lo hace para todos, no decide alumbrar a una persona sí y a otra no. Extrapolado a los seres humanos, si no somos capaces de tratar a los demás igual que a nuestros “seres queridos”, entonces no amamos de
verdad, sino que “queremos”. Nuestros seres amados son todos, mientras que nuestros seres queridos son aquéllos con los que hemos establecido unos acuerdos específicos, que son lo único que permite diferenciar una relación de otra. En definitiva, si el amor no es universal entonces no es amor, es sentimiento, cariño, apego…
En línea con lo anterior, si existe un condicionamiento del tipo “tengo que…”, entonces no estamos hablando de amor, porque éste supone libertad absoluta, ninguna obligación. Somos tan libres de compartir como de alejarnos.
El amor es como el agua.

Éste es un bello símil: el agua se amolda a todas las formas, y lo hace de una manera perfecta. ¿Qué es lo que no puede adaptarse a una forma? Lo que es rígido, lo que no se mueve, lo que no es capaz de cambiar; es decir, una persona que no puede desarrollar su espiritualidad, porque los conceptos se vuelven para ella rígidos e inflexibles. A estos individuos los llamamos “personas
poste”.
El resultado para la “persona poste” siempre será el sufrimiento y la insatisfacción, porque para encontrar satisfacción necesitaría relacionarse con personas flexibles, adaptables, amorosas, comprensivas, llenas de paz y de armonía, y siendo esa especie de “poste” tan rígido no le resulta posible.

Lo que no es amor:

Amar no significa me gusta; eso sólo es atracción.
Amar no significa querer; eso sólo es satisfacción.
Amar no significa bondad; eso sólo son sentimientos.
Amar no significa unirse; eso sólo son acuerdos.
Amar no significa amistad; eso sólo es compartir.
Amar es ser feliz con la felicidad del otro.

Amar es aceptar a la otra persona como es, sin querer cambiarla. En el ámbito de las relaciones, si un miembro de la pareja es feliz con la felicidad del otro, y viceversa, todo lo demás queda en segundo plano.
El Maestro acepta totalmente a los demás como son, como estén en su experiencia en ese momento, y ama igual independientemente de lo que el otro haga o diga. Ésta es la auténtica característica de la expresión del amor.
En cambio, los seres humanos normales y corrientes no lo hacemos así, sino que juzgamos, interpretamos, criticamos y condenamos a quienes no se comportan como nosotros queremos, a quienes no hacen las cosas como nos gusta o como creemos que son correctas. Cuando alguien se sale del parámetro
que otra persona considera “normal”, inmediatamente se hace acreedor de toda clase de críticas, agresiones o condenas. ¿Y por qué razón hacemos eso?
Únicamente por ignorancia.
Llenarse de amor significa dejar de lado el sentimiento, respetar la
experiencia de la otra persona, darle libertad para experimentar y no asumir los resultados de las decisiones de otros.

El amor es neutro.

El amor no tiene dualidad, es como la paz, neutro. Independientemente de que una persona haga algo que nos resulte desagradable, si amamos no dejamos de amarla por eso, porque la aceptamos tal como es. La neutralidad del amor significa que se ama igual al ignorante que al sabio, al que está sumido
en la oscuridad como al que está lleno de luz. De hecho, el amor está más cerca de quien se encuentra en la oscuridad, porque desde el punto de vista del amor es quien más apoyo necesita.
Amar consiste en neutralizar las cargas positivas o negativas en un punto donde se comprende que todo es necesario para aprender a ser feliz. Y esto se manifiesta en nuestra capacidad de gozar, disfrutar, deleitarnos en cada instante de la vida y en cada relación que tenemos.
El amor no es un sentimiento.

Existen enormes diferencias entre el amor y el sentimiento. Así, el
sentimiento no es digno de confianza, porque tiene dualidad. El cariño, por ejemplo, es un sentimiento, y se demuestra que es dual porque pasamos de él al odio en cuanto cambia la situación externa. La utilidad del sentimiento es conocernos a nosotros mismos, pero no hay que usarlo para establecer relaciones. El cariño se acaba, mientras que el amor es infinito.
Por otra parte, un sentimiento puede ser negativo, pero el amor jamás lo es. Es posible que el sentimiento sea variable, porque se origina en sensaciones internas de agrado o desagrado, pero esto no sucede con el amor, en el que todo puede ser conciliable.
Además, el amor se expresa de manera universal: hacia cualquier especie, ante cualquier situación, porque con él siempre podremos respetar y comprender a cualquier ser o suceso. Sin embargo, el sentimiento es específico e individual.

Amar es disfrutar de todo lo que se hace.

No es cierto lo que se suele decir de que se sufre por amor; por amor no se puede sufrir, solamente sufrimos a causa de la personalidad, del ego, del sentimiento, de la ignorancia. El amor hace disfrutar constantemente; en cambio, el sentimiento se polariza de positivo a negativo ante efectos externos
que no somos capaces de manejar. Por lo tanto, si se sufre es que no hay amor ni comprensión. Aunque no hay que preocuparse por eso, se trata de un proceso normal: estamos en el camino. Nos interesa, pues, construir relaciones de amor para que sean constantes y estables.
Frente a lo elevado del desarrollo espiritual, los sentimientos son algo totalmente primitivo, básico, elemental. Una vez que empezamos a acercarnos al amor, ya no los necesitamos. Es como el niño que gatea: una vez aprende a caminar sería absurdo que volviese a gatear. El amor puede dirigir el sentimiento, el pensamiento, la emoción, las acciones y las decisiones, si se
aprende a reconocerlo y a usarlo.

Gerardo Schmedling

CONTINUA…

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