Meditación 13 de Mayo… ¿Quién es el propietario?
Una herramienta útil en nuestra
recuperación, especialmente en la conducta que llamamos desapego, es
aprender a identificar ¿quién es propietario de qué? Luego dejamos que
cada persona posea la propiedad que legítimamente le corresponde.
Si
otra persona tiene una adicción, un problema,un sentimiento, o una
conducta contraproducente, ésa es su propiedad, no la nuestra. Si
alguien es un mártir, está inmerso en la negatividad, es controlador o
manipulador, ése es asunto suyo, no nuestro.
Si alguien ha actuado de
cierta manera y ha experimentado una consecuencia particular, tanto la
conducta como la consecuencia le pertenecen a esa persona.
Si alguien
está en negación o no puede pensar claramente acerca de un asunto en
particular, esa confusión le pertenece a él o a ella.
Si alguien
tiene una capacidad limitada para amar y ser solícito, o está impedido
para ello, ésa es su propiedad, no la nuestra. Si alguien no tiene
aprobación o cariño para dar, eso es propiedad de esa persona.
Las
mentiras de la gente, sus engaños, trucos, manipulaciones, conductas
abusivas, conductas inadecuadas y conductas tramposas, le pertenecen a
ella también. No a nosotros.
Las esperanzas y sueños de la gente son
propiedad suya. Sus sentimientos de culpa le pertenecen también. Su
felicidad o su desdicha es también suya. Y lo mismo sus creencias y
mensajes.
Si algunas personas no se gustan a sí mismas, ésa es su
elección. Las elecciones de los demás son de su propiedad, no de la
nuestra.
Lo que la gente opta por decir y hacer es asunto suyo.
¿Qué es propiedad nuestra?
Nuestra
propiedad incluye nuestras conductas, problemas, sentimientos,
felicidad, desdicha, alternativas y mensajes; nuestra capacidad para
amar, para ser solícitos y cariñosos; nuestros pensamientos, nuestra
negación, nuestras esperanzas y nuestros sueños. Si permitimos que nos
controlen, nos manipulen, nos engañen, o nos maltraten, eso es asunto
nuestro.
En la recuperación aprendemos a tener un sentido adecuado de
la propiedad. Si algo no es nuestro, no lo tomamos. Si lo tomamos,
aprendemos a regresarlo. Dejemos que los demás tengan sus propiedades y
aprendamos a poseer y a cuidar bien de las nuestras.
«Hoy trabajare por desarrollar un sentido claro de lo que me pertenece y de lo que no. Si no es mio, no me quedare con el. Yo lidiare conmigo mismo, con mis asuntos y mis responsabilidades. Quitare las manos de lo que no es mio».
(Melody Beattie de su Libro el Lenguaje del Adiós).
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