Libro un año de Milagros- Meditación Dia 276

 


Los defectos de carácter no constituyen nuestra maldad sino nuestras heridas


Los defectos de carácter no constituyen nuestra maldad sino nuestras heridas. Esto no significa que no seamos responsables de ellos, sino que aceptarlos no implica sentir vergüenza. Nacimos para ser las expresiones más perfectas de Dios y enfrentar nuestras imperfecciones forma parte del proceso para llegar ahí.

 
Los defectos de carácter con frecuencia tienen su origen en las heridas de la infancia; ya no importa dónde los adquirimos, ahora son nuestros. Conforme podamos admitirlos y dejarlos ir, empezamos el proceso de su propia disolución.

 
No hay nada que Dios no pueda hacer, incluyendo sacarme de las profundidades de la desesperación. Él puede ver y comprender cualquier dolor que yo sienta. Siempre que pueda enseñarle mis heridas —sin importar lo fea que pueda ser su apariencia dentro de mí—, Él las sanará, ya que su amor es así.

Marianne Williamson

 

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