MEDITACIONES PARA MUJERES/HOMBRES QUE HACEN DEMASIADO-21 DE AGOSTO

 


DEBER
El deber debería ser un subproducto.
BRENDA UELAND
El pensamiento de adicción desemboca normalmente en poner el carro delante de los bueyes. Una de las habilidades fascinantes de la adicción es que nos permite tomar algo relativamente neutro, o incluso positivo, y deformarlo poco a poco, hasta que se convierte en algo horrendo.
No hay nada de malo en el deber. Basta con no dejar
que el deber oscurezca nuestros sentimientos e intuiciones llenas de claridad. El deber no puede ponerse antes que nuestra claridad interna. Cuando lo hace, se convierte en un tirano. El deber tiene que seguir a nuestra claridad, lo mismo que hacer cosas por las personas que queremos tiene que ser una expresión de amor, en lugar de una conducta ritualizada. El deber tiene que ser un derivado de lo que realmente somos, de lo que valoramos y de lo que es importante para nosotras.
¡El deber ritualizado es una vergüenza!

(Anne Wilson Schaef de su Libro Meditaciones para mujeres que hacen demasiado)

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