Libro Cada día Un Nuevo Comienzo : 20 de Junio Meditaciones diarias para Mujeres/Hombres

 


Tenía profundos secretos escondidos en mi corazón que nunca revelé por miedo a las burlas o al sarcasmo de los demás. Por fin puedo divulgar mis sufrimientos, pues la fuerza que alguna vez encontré en el silencio ha perdido todo su poder.

Deidra Sarault

El hecho de compartirnos a nosotras mismas con otra persona con un padrino/madrina es algo mágico. Los Pasos Cuarto y Quinto nos enseñan que los actos que pensábamos eran atroces son de los más común. No somos las únicas que hemos cometido actos lamentables, y el descubrimiento que estamos primero nosotr@s en la lista de nuestros valores  es nuestro regalo por asumir el riesgo de exponernos.

Darnos cuenta de lo mucho que nos parecemos a los demás nos confiere fuerza, y el programa nos allana el camino para obtener esa fuerza cada vez que la necesitemos. Los secretos nos aíslan de los demás y también de nuestro Poder Superior. No podemos recibir los mensajes que necesitamos escuchar ni la orientación que Dios nos ofrece si nos cerramos a las personas que nos aprecian, pues éstas son los mensajeros de Dios.

Qué liberador es saber que compartimos los mismos miedos y las mismas preocupaciones. Al revelar nuestra experiencia a otra persona, quizás estemos dándole el aliento que necesitaba en este momento. Debemos reconocer y celebrar nuestras semejanzas. Cuando nos compartimos a nosotras mismas, nos unimos y esa unión aumenta nuestra fuerza.

El silencio nos divide y disminuye nuestra fuerza entrando en un bucle de aislamiento. Y, sin embargo, tenemos a nuestra disposición toda la fuerza que necesitamos. Hoy dejaré que alguien me conozca en las juntas compartiré y hablaré con seguridad de que estoy  sola y me siento a salvo.

Karen Casey

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