Libro un año de Milagros- Meditación Dia 102



 Mi vulnerabilidad me hace invulnerable.

Las defensas, las paredes emocionales y la rigidez no sirven para protegerme. Más bien, son una invitación para que las respuestas condicionadas que llevan a la soledad y al miedo vengan a aquejarme. Al permitir mi propia vulnerabilidad permito que los que me rodean puedan amarme, honrarme y reconocer todo lo que nos une. Hoy abro las puertas de mi corazón para que el amor se apresure a encontrarme. Querido Dios, por favor, derriba las paredes que esconden mi corazón. Que pueda ver la gentileza en los demás, y que ellos vean la gentileza en mí. Que mi ternura sea mi fuerza y tu compasión mi guía. Amén.

Marianne Williamson

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