MEDITACIONES PARA MUJERES QUE HACEN DEMASIADO-7 de ABRIL



 MENTES MONÓTONAS

La vida ha de ser una lucha del deseo de esas aventuras cuya nobleza fertiliza el alma.
REBECCA WEST
Uno de los efectos secundarios de hacer demasiado es que se desarrolla una mente monótona. Perdemos tanto tiempo en nuestro trabajo y en las actividades que
se relacionan con él que nuestra conciencia y nuestras percepciones se hacen cada vez más estrechas. Llegamos a un punto en el que no podemos hablar sino de
trabajo y, a decir verdad, no queremos hablar sino de nuestro trabajo.
Nos hemos vuelto tontas y sin interés. Podemos incluso descubrir que nos aburrimos de nosotras mismas. Esto nos sucede a las que trabajamos a pleno tiempo en casa y también a las que están dirigiendo una empresa.
Hemos tomado un arco iris y lo hemos comprimido hasta convertirlo en un rayo de luz sólido y sin interés.
Las lágrimas derramadas por mí misma pueden ser el prisma que necesito para volver a descubrir el arco iris que está dentro de mí.

(Anne Wilson Schaef de su Libro Meditaciones para mujeres que hacen demasiado).

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