Libro un año de Milagros- Meditación Dia 56



 Al permitirme ser quien en realidad soy, desato mi poder como hijo de Dios. 

No es lo que hago sino lo que soy lo que genera mi poder en esta tierra. Mi poder no proviene de una fuente terrenal; mi poder viene directamente de Dios. Conforme me relajo cada día al aceptar que mi sabiduría tiene una raíz espiritual, mi verdadera identidad se revela. Me alineo con la verdad de mi ser, con mi hogar divino y desde ese lugar todo el bien surge. Cada pensamiento, cada sentimiento, cada acción se baña con la luz y la gloria de Dios. Descanso al saber que no necesito hacer nada para incrementar mi valor personal. Estoy en Dios tanto como Dios está en mí. Encuentro tranquilidad y poder al dame cuenta de que esto es así.

Marianne Williamson

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